DÍA 3

Oración al Señor por intercesión de San Pío de Pietrelcina

Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo: concédeme, por su intercesión, la gracia de… que ardientemente deseo; y otórgame, sobre todo, que yo me conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (3 veces)

Los estigmas de Jesús crucificado

“Cuando ya no había fieles que confesar o que recibir y los pequeños seminaristas estaban en la sala de estudio bajo la vigilancia de uno de (de los religiosos), el Padre Pío solía ir a rezar a la tribuna de la iglesia del convento.

            En ese lugar, ante un gran crucifijo que domina la sillería del coro, el 20 de septiembre de 1918, el Padre Pío recibió los estigmas, visibles y sangrantes, que hasta su muerte lo identificaron con Cristo crucificado. El hecho se produjo después de la misa, entre las 9 y 10 de la mañana. El Padre Pío estaba solo en el coro. No hubo ningún testigo de esa escena y los únicos relatos que poseemos son los del Padre Pío mismo hechos a su director espiritual y a algunos escasos confidentes. <<Era la mañana del día 20 del mes pasado, en el coro, después de celebrar la santa Misa, fui dominado por un descanso semejante a un dulce sueño. Todos mis sentidos internos y externos, así como las mismas facultades de mi alma se hallaban en una quietud indescriptible. Había un silencio total alrededor de mí y en mí: fue inmediatamente seguido de una gran paz y me abandoné a la completa privación de todo y se produjo una pausa en mi propio derrumbamiento. Todo esto sucedió en un instante. Mientras estaba sucediendo todo esto, vi ante mí a un misterioso personaje, parecido al que vi la noche del 5 de agosto, con la sola diferencia de que sus manos y su costado sangraban abundantemente. Su vista me espantó; no sabría decir lo que experimenté en ese momento. Me sentí morir y habría muerto si el Señor no hubiera intervenido para sostenerme el corazón, que yo notaba saltar en mi pecho. El personaje desapareció de mi vista y de cuenta de que mis manos, mis pies y mi costado estaban taladrados y sangraban abundantemente>>”[1]

Reflexión: La vida de todo cristiano ha de tender a una configuración con el mismo Cristo, ¿qué aspectos de tu vida intentas vivir como configuración con el Señor? ¿Hay ámbitos de tu vida, donde no das cabida a Cristo: familia, amigos, proyectos de futuro,…? ¿Qué cosas de tu vida oscurecen con más fuerza que otras, la imagen de Cristo?

Oración compuesta por San Juan Pablo II

Enséñanos, te rogamos, la humildad de corazón para estar entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre prometió revelar los misterios de Su Reino.

Danos una mirada de fe capaz de reconocer inmediatamente en los pobres y en los que sufren el mismo rostro de Jesús.

Sostennos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haznos experimentar la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos la tierna devoción hacia María, madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrenal hacia la Patria celestial, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar por toda la eternidad la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén


[1] Carta del 22 de octubre al Padre Benedetto, Epistolario, t. I. pp 1092-1095

NOVENA PADRE PÍO DÍA 4: https://sanpadrepio.es/novena-padre-pio-dia-4