DÍA 4

Oración al Señor por intercesión de San Pío de Pietrelcina

Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo: concédeme, por su intercesión, la gracia de… que ardientemente deseo; y otórgame, sobre todo, que yo me conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (3 veces)

            El director de almas

            Otro cargo que tuvo muy ocupado al Padre Pío desde los primeros tiempos de su llegada fue la dirección espiritual. Dirección espiritual por correspondencia, que fue aumentando, pero también la dirección espiritual de un primer grupo de mujeres piadosas del pueblo, que acudían todas las mañanas para asistir a la misa del Padre.

            Esas primeras discípulas, una docena, tomaron la costumbre de reunirse dos veces por semana en la hospedería del convento, el jueves y el domingo. El Padre Pío, con la autoridad de su superior, les daba una charla sobre la perfección o sobre las parábolas del Evangelio. La dirección espiritual que ejercía se apoyaba en cinco obligaciones: la confesión semanal, la comunión diaria, la lectura espiritual, el examen de conciencia por la noche y la meditación dos veces al día con la frente en el suelo.

            – La meditación –les explicaba- es la clave del progreso en el conocimiento de sí mismo y en el de Dios, y permite alcanzar la finalidad de la vida espiritual, que es la transformación del alma en Dios.

            Reflexión: ¿He caído en la cuenta de la importancia de la dirección espiritual? ¿Tengo director espiritual? ¿Practico las cinco obligaciones que el Padre Pío pedía a sus dirigidos?

Oración compuesta por San Juan Pablo II

Enséñanos, te rogamos, la humildad de corazón para estar entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre prometió revelar los misterios de Su Reino.

Danos una mirada de fe capaz de reconocer inmediatamente en los pobres y en los que sufren el mismo rostro de Jesús.

Sostennos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haznos experimentar la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos la tierna devoción hacia María, madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrenal hacia la Patria celestial, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar por toda la eternidad la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

NOVENA DÍA 5: https://sanpadrepio.es/novena-padre-pio-dia-5