Mi nombre es Pilar, tengo 53 años y voy a intentar narrar mi historia con el Padre Pío, siempre que hablo de él digo que “Apareció para dar la vuelta a mi vida como un calcetín “¿Por qué lo defino así? es lo que intentaré plasmar con mi experiencia.

Soy una persona que a lo largo de su vida ha tenido altibajos con su fe, he vivido situaciones que me han acercado a Dios como por ejemplo la realización de unos cursillos espirituales cuando era muy joven, un viaje a Lourdes, la asistencia a Galicia en el viaje de San Juan Pablo II en aquellas multitudinarias jornadas de la juventud. ¿Qué ocurría conmigo? , pasaba el tiempo y no seguía aquellos aprendizajes por lo que el sentimiento se minimizaba y pasaba a un segundo plano.

Nunca me he separado de la iglesia pero me limitaba a lo mínimo, ir a misa casi todos los domingos, confesiones pocas, podemos decir que mi fe era a mi medida y según la temporada.

Lo único que no ha cambiado nunca es mi devoción a Jesús de Medinaceli que siempre ha estado muy presente en mi vida y en la de mi familia. Hace muchos años que acudo a la Basílica de Jesús de Medinaceli en Madrid el primer viernes de marzo, en esos momento aparecían en mi todos los sentimientos que había dejado olvidados con el tiempo, pero con el ritmo de la vida cotidiana, los problemas, el estrés… desaparecían otra vez.

¿Por qué doy importancia a Jesús de Medinaceli? porque estoy firmemente convencida que fue quien me llevó a Padre Pío para que llenara mis carencias y mi fe diera el giro que necesitaba.

Un primer viernes de marzo como tantos otros bajé a confesar yo había estado ahí infinidad de veces, conocía bien esa capilla y jamás había reparado en la figura del Padre Pío, nunca la vi, ese día tras la confesión me di cuenta que había una fila de gente que se acercaba a la imagen de un fraile y ponían sus manos sobre las de él, yo llamada por la curiosidad me uní e hice lo que todos, vi que ponía Padre Pío de Pietrelcina, reconozco que no fue un momento especial, ni sentí nada, lo importante era ponerme a los píes de Jesús. En el viaje de vuelta miré a ver quién era ese fraile y solo me quedé con que era un capuchino estigmatizado, ahora sé que Jesús había actuado sobre mí presentándome a Padre Pío.

Mi vida continuó y olvidé por completo durante años a ese fraile , pero en el momento más duro que he vivido, una amiga me habló de una web para hacer los “quince minutos con Jesús Sacramentado» y ahí apareció Padre Pío , recordé que era aquel de la Basílica ,empecé a leer sobre él y desde ese momento aparecía en todas partes, abría el ordenador y algo me llevaba a él , en la tele vi un reportaje suyo, las personas más queridas e importantes de mi vida me contaron cosas de él, cada vez me sentía más y más atrapada por ese misterioso fraile que obra tantas maravillas, veo la película, me compro libros y definitivamente llena mi vida, me muestra una realidad diferente, de su mano comprendo cosas que antes ni me planteaba. La importancia de la Virgen como ese puente que nos lleva a Jesús, la madre que nos quiere y nos cuida, empiezo a rezar el rosario que siempre me ha aburrido y ahora se hace imprescindible. Otro de los giros que experimento es reconocer al Ángel de la Guarda, yo antes lo veía como una historia de niños, ahora sé que está a mi lado para ayudarme y guiarme, Me enseñó que el demonio existe y nos acecha, yo tampoco creía en él.

Padre Pío se ha convertido en mi maestro y mi guía, me ha hecho disfrutar de la eucaristía, de la comunión y de una buena confesión. Me ha enseñado a dar sentido a mi vida porque ahora comprendo la Misericordia de Jesús, sé unir mi dolor a su cruz y a la Virgen de los Dolores, tengo claro que Dios lo ve todo, antes ni me lo planteaba.

De la mano de Padre Pío he ido conociendo a muchos de sus hijos espirituales, él se las ingenia para unirnos, eso sí cómo y cuándo ve que es mejor.

Apareció en el momento adecuado y es como que me dijo “ Pilar es hora de cambiar “ está siempre en mi vida y se hace notar, el día de su cumpleaños me hizo un regalo él a mi, con una buena noticia que esperaba. Cuando di mi testimonio en Radio María se hizo notar, haciéndome ver que no estaría sola , ese día me llegó una reliquia de tercer grado que yo pensé que no tendría jamás , me hacía ilusión tenerla pero era imposible conseguirla, ya le dije , “ Vale entiendo, no me voy a poner más pesada, tú ganas , no es mi momento para tenerla “ y esa mañana cuando no la esperaba me llegó inesperadamente como para decirme hoy no estarás sola , yo estoy aquí , es él quien elige cuándo y cómo aparece, es él quien te encuentra ,no tú a él , aparece cuando es mejor para cada uno . Se hace notar en las pequeñas cosas, solo hay que ser receptivo y abrirle el corazón para que revolucione nuestra vida.

Esta es mi humilde historia, lo siento cerca, me guía, me enseña, me da paz y esperanza. Tengo claro que Jesús de Medinaceli lo puso en mi camino para que apareciera cuando fuera más necesario y me acompañara en el cambio.

Abramos el corazón al Padre Pío y él se encargará de hacer esa maravillosa revolución.

Imagen de Jesús de Medinaceli: