«El 50 aniversario de la muerte del Padre Pío y el día que yo nací de nuevo».

Mi nombre es Anabel, tengo 34 años, estoy casada y tengo 3 hijas. Nací en una familia católica practicante, bautizada al mes de nacer y educada en las hermanas Mercedarias de la Caridad y luego en un instituto del Opus Dei. Gran parte de mi familia están en el camino Neocatecumenal.. pero aún así vivía con una fe apagada, siempre tenía la sensación de que me faltaba algo, no ponía a Jesús en el centro de mi vida. Vivía apegada al mundo y a sus banalidades. A pesar de eso, desde siempre me ha llamado la atención la vida De los Santos, conocer cómo llegaron a ser santos personas de carne hueso como yo..

He tenido siempre estampitas en el cajón de mi mesita de noche para rezar y encomendarme, del Padre Zegri (fundador de mi colegio) San José María Escriva, Santa Gema, San Antonio de Padua… pero me llamaba especialmente la atención la vida de Santa Rita de Casia porque mi abuela Rita me hablaba mucho de ella, siempre rezaba sus novenas y se encomendaba a ella. Un día pusieron su película en el canal 13tv pero no pude verla, me dijeron que en YouTube la podría encontrar y me puse a buscarla. Me extrañó que al poner su nombre en el buscador de YouTube me saliera como primer vídeo una película italiana titulada “Padre Pío” y en segundo lugar de la búsqueda Santa Rita. Me pregunté que quien era ese Padre Pío, si había existido de verdad o era tan solo una película de ficción.. pero no le di más importancia y me puse a ver la película de Santa Rita. A los días, mi hija pequeña me pidió que le buscase unos dibujos de un canal de YouTube, Y mi sorpresa fue que el primer vídeo que me aparecía fue la misma película del otro día: “Padre Pío “ y yo me dije: pero ¡¿quién es este Padre Pío que ahora me aparece tanto por aquí si no lo he visto en mi vida?! Y ¿cómo me puede aparecer aquí si no tiene nada que ver con dibujos infantiles?

He de aclarar que YouTube solo lo uso para poner dibujos infantiles o de bebés a mis hijas… Así que era muy extraño que me apareciera esa película.

Justo al día siguiente, teniendo puesta de fondo Radio María, mientras trabajaba en casa, escucho que ese día era el 50 aniversario de un gran santo del siglo XX, que tuvo estigmas del Señor durante 50 años, que se bilocaba, leía las conciencias en el confesionario… ¡Me parecía todo increíble! Me preguntaba para mi misma que cómo podía ser, que ¡quién era ese Santo! . Entonces me acerqué a subir el volumen cuando dijeron “Padre Pío de Pietrelcina”. Me dije: ¿Padre Pío…? ¿es el mismo que me aparecía en YouTube? Allá que fui a buscarlo y ¡¡exacto!!! Ese mismo día, cuando se cumplía 50 años de su partida a la casa del Padre, vi la película que se me aparecía siempre en los últimos días sin yo buscarla. Vi las dos partes en el mismo día porque no podía dejar de verla… Y desde ese día mi vida cambió para siempre. Puedo decir que ese día Jesús me llamó para sacarme del mundo, que desde entonces dejó de interesarme. Ya no volví a ser la misma, sin haber leído nada del Padre Pío sentí un flechazo por él, no sé qué me había pasado que no podía sacarlo de mi mente y menos de mi corazón. Empecé a sentir una imperiosa necesidad de acercarme más a Jesús, de rezarle, de amarle… Y de saber más sobre el Padre Pío. A partir de aquí me entró el sentimiento de culpabilidad… Empecé a recordar pecados de pensamiento, obra y omisión, veces que falté a misa en mi juventud, tanto tiempo sin confesarme por vergüenza… Y comencé a llorar como una niña pequeña, lloraba por haberle hecho sufrir tanto a Jesús… ¿Cómo pude ser tan ingrata todo este tiempo después del gran sacrificio que hiciste por mí? ¡No me lo merezco! Continuamente me venían a la mente imágenes de Jesús crucificado, de toda su Pasión, de su rostro ensangrentado con su mirada de dulzura y humildad… Incluso una vez rezando el Rosario, los misterios dolorosos, tuve una visión del calvario con las tres cruces y tres personas abajo las cuales solo veía sus sombras… Pude sentir la enorme tristeza de ese momento y volví a llorar.ç

También tuve un sueño (creo que fue un sueño aunque no estoy segura del todo) en el que apareció en la ventana del cuarto de mi hija (esa ventana da al patio de la urbanización y es un bajo) el Padre Pío diciéndome “Ya te tengo”. No podía soportarlo más y me acerqué al confesionario, me desahogué y prometí a Jesús y al Padre Pío no volver a ofenderles más. Cuando el sacerdote me dio la absolución, las lágrimas me volvieron a caer… Le pedí al Padre Pío que me acogiera como hija espiritual, que necesitaba un guía en este largo camino que me esperaba de conversión y le di las gracias a Jesús por haber puesto en mi camino (sin yo buscarlo) al Padre Pío. Desde entonces llevamos 3 años que no faltamos un domingo a Misa y siempre intentamos ir de diario. También rezo la novena del Padre Pío, el rosario todos los días, la coronilla de la Divina Misericordia, me confieso y comulgo siempre. Mi vida ha cambiado tanto, que ya no la concibo sin Jesús en el centro de todo, sino que vivo para servirle para siempre.

¿No hizo un gran milagro el Padre Pío en mi?