Mi conversión se da gracias a que me iba a casar y ¡tenía que confirmarme!, y eso que era ya una adulta y renuente a todo lo que se refería a Dios (alejada de Dios desde mi primera comunión). Empece la preparación de catequesis a regañadientes, me negaba rotundamente a hacerla, ¡solo quería casarme y ya!, pero en esa preparación mi corazón empezó a moverse mas que latir, sin saber que pasaba. Cerca del día del acto de confirmación y para aquel entonces, mi «futuro esposo», por correo se despidió de mi, se había acabado todo; obviamente entre el dolor y la impotencia que tenia ya no quería confirmarme, ¿para que? ¡Ya no importa!
Cuando llego el día de la confirmación…recuerdo que le dije a mis papas llorando, ya para que ¿de que me sirve? Y sus palabras fueron: ¡te preparaste, has llegado hasta este día y por alguna razón ese matrimonio no se dio!, así que, desde ese momento en que me confirmé, llore a cantaros, a partir de ahí fue el comienzo de una nueva vida. Pero ahí no quedo todo y es que a los pocos días entrando en la parroquia que quedaba cerca de mi casa (a la cual empezaba a ir)… Sobre un mesita se encontraba un librito amarillo ¡uno solo! del padre Pío, con consejos y exhortaciones que decía: guarde este pequeño librito, puede ser de mucha ayuda; lo mire, lo medio abrí y decidí llevármelo, ¡así fue!, que comencé a leerlo en casa y comenzando una de sus páginas me llene de emoción, el corazón me latía muy fuerte, pero también sentí temor, me parecía muy fuerte lo que me decía, ¡si! Lo que leía me lo decía a mi y eso me espantaba, no me gustaba, era contrario a lo que pensaba y vivía, además apenas comenzaba este proceso de conversión. Lo deje de leer en ese momento porque me sacudía, me estremecía. Al día siguiente decidí continuar la lectura, me seguía hablando y moviendo por dentro hasta que empece a aceptarlo, sin resistirme, aunque todo me parecía una locura, una locura de amor que te cambia por completo. Y es que cuando uno se encuentra con el Señor ya nada puede ser igual.
Lamento mucho no haberse casado.
Pero lo bueno fue que encontró al Padre Pio y sus consejos en el libro.
Pronto encontrará su pareja si eso la hace feliz .
Yo tampoco creía mucho hasta que pase un peligro en la carretera y un milagro me salvó.
En la noche tuve un sueño donde se me apareció el Padre Pio y me dijo que El y San Pedro me cuidaban
Saludos des Caracas Venezuela.
El Señor, sabe por que no te casaste con ese hombre, seguro que te tiene a alguien preparado, además de haberte encontrado con el Hombre DIOS.
Querida Natalia:
A mí también me sucedió algo parecido y no creo que pasen muchos días en los que no le dé las gracias a Dios por haberme evitado el error que iba a cometer. Desde ese momento, el Padre Pío tomó las riendas de esa situación y ya todo fue rodado, aunque con sus cruces que con alegría debemos de ofrecer.
Un abrazo muy fuerte y muchísimas gracias por tu testimonio.
Que bonitos testimonios yo tengo mucha fe en Dios y en el padre pio
Tengo 70 años. Hace 3 tuve que entrar al quirófano por primera vez en mi vida por un tumor en mi pierna derecha. Ya un año antes caminaba con bastón. El día de la intervención yo le habia pedído al Padre Pío que estuviera a mi lado y la verdad es que sentí su presencia lo que duró la operación. Por suerte fué un tumor benigno. Al año fuí hasta la gruta que está en Dayman Uruguay a agradecerle. Esto está dentro del campo de la estancia La Aurora y hay que caminar campo adentro como 1 km. Lo hice sin bastón y no lo he vuelto a usar. Mi fé en él es inmensa.
Son hermosos todos los testimonios!!! Siempre le pido la intersección al padre Pío,el siempre me ha ayudado mucho a lo largo de mí vida,y me a erque a él con la muerte de un hermano que falleció un 23 de septiembre, ahí descubrí su presencia y me aferré a él
Dios os bendiga!! seguid haciendo tanto bien por la Santa Iglesia Católica, tanto tú como tu marido, seguid dando a conocer a esta gran Santo, que tanto bien hace a las personas necesitadas, os sigo desde hace años y sois un testimonio de fe. Saludos.