Me llamo Isaac Parra Mogollón y soy sacerdote en la diócesis de Getafe. Actualmente ejerzo mi ministerio como párroco en la parroquia de los Santos Justo y Pastor de Parla. Pensando en cómo podría resumir mi historia de conversión me venía al corazón esta frase: La confesión me abrió las puertas del Paraíso.
Podría decir que mi primera conversión tuvo lugar en el año 2000 cuando, tras haber aprobado los estudios y lleno de ganas de viajar y pasarlo bien, decidí unirme a una peregrinación diocesana con jóvenes a Roma.
Mi época de estudios no había sido fácil pues sufrí cierto acoso por parte de algunos compañeros que se metían conmigo a causa de mi físico. Al empezar la convivencia con los jóvenes de esta peregrinación poco a poco se fue presentando ante mi una realidad nueva, distinta a lo que había vivido hasta entonces. Me sentía acogido, querido y aceptado tal como era, sin mofas, sin burlas. Era la Iglesia que descubría ante mí su rostro de madre. Encontré una alegría nueva y diferente a lo que había conocido antes.
Recuerdo que visitamos Turín y por aquellos días se exponía a los fieles la Sabana Santa. Poder verla de cerca me impactó profundamente. Recuerdo que aquella noche la pasé despierto, mirando al Cielo. En mi interior se hacía la luz respecto de muchas cosas que antes me habían explicado pero no conseguía entender. El amor de Dios por nosotros, su entrega en la Cruz para salvarnos… todo esto lo había escuchado a los catequistas pero solo cuando contemplé los signos del Señor crucificado sobre el lienzo sagrado comencé a entender su alcance y significado.
Volví a Madrid y ya no era el mismo. Empecé a rezar la Liturgia de las horas, a confesarme con regularidad, a ir a Misa, ayudar como monaguillo.. El Señor no tardó en hacerme comprender que quería más de mi.
Los sacerdotes que conocía entonces se convertían a mis ojos en modelos a seguir. Quería ser como ellos, vivir como ellos.
Acompañado en el discernimiento por mi párroco de entonces decidí dar el «Si» a Cristo y entré en el seminario diocesano de Getafe. Me ordené en el año 2008.
Decía antes que la confesión me abrió las puertas del Paraíso porque fue tras recibir el sacramento de la penitencia cuando se abrieron las puertas de mi corazón y el Señor entró con todo su derroche de amor, consuelo y misericordia.
De mí primer destino como sacerdote no guardo buen recuerdo. Era joven e inexperto y tuve una experiencia muy dura de soledad que acabó quemandome y haciéndome sentir muy mal.
Llegamos así a 2011, la JMJ de Madrid.
En la parroquia a la que me trasladaron como segundo destino se alojaban un grupo de jóvenes llegados desde Roma. Eran los Siervos del Sufrimiento, de quienes nunca había oído hablar.
Hicimos muy buenas migas, eran un grupo acogedor, afable, llenos de fervor y piadosos. Agradecidos por la acogida y trato recibido me invitaron a visitar San Giovanni Rotondo.
Había oído hablar de padre Pío y me interesaba conocerle mejor así que no dudé en aceptar la invitación.
Este fue el momento clave de mi conversión, mi segunda llamada.
En este viaje tuve la oportunidad de confesarme con padre Pierino Galeone, fundador del Instituto Secular Siervos del Sufrimiento.
En esta confesión, si me permitís la expresión, salió mucha porquería, mucho dolor acumulado, heridas de todo tipo que llevaba en el alma, que pensaba que estaban curadas pero seguían siendo un lastre para mi progreso espiritual.
Por segunda vez el Señor se servía de una confesión para invitarme a subir un peldaño más en mi vida de fe.
Padre Pierino me ayudó a empezar una nueva forma de vivir mi relación con el Señor, con la Cruz, con el ministerio sacerdotal, con todo.
Incluso puedo decir que me enseñó a vivir la tentación y todo lo hizo transmitiendome aquello que él había recibido directamente de padre Pío durante los 21 años que estuvo a su lado.
Despues de esa confesión y de los días pasados junto a padre Pierino sentí la llamada a ser un Cireneo silencioso, a ser un sacerdote que desde el silencio, con la oración y el propio sufrimiento ofrecido, ayudaría a los hermanos a cargar con su cruz.
El carisma de los Siervos del Sufrimiento se me revelaba muy atractivo, sus raíces franciscanas, el modo particular de vivir… era lo que mi corazón anhelaba.
Así comencé una nueva etapa, para conocer y profundizar en la experiencia de vivir este carisma particular.
Respecto de la experiencia de visitar en persona a padre Pio he de decir que para mí supuso el descubrimiento de un padre y un maestro.
El epistolario de padre Pío es una joya, no hay otra palabra para describirlo. A lo largo de sus páginas padre Pío desahoga su corazón y nos transmite todo lo que su alma privilegiada recibe del mismo Cristo. Con él he aprendido, a lo largo de estos años, a vivir el ministerio sacerdotal de un modo nuevo.
Recordemos siempre que la misión de los santos nunca es dejarnos apegados a ellos mismos, sino llevarnos a Jesús. Yo he vivido personalmente esto con padre Pío pues él ha sido el instrumento que Dios ha puesto en mi vida para atraerme al Corazón traspasado de Su Hijo.
Otra cuestión imprescindible en la vida cristiana es cultivar la relación con la Virgen María. Padre Pío es uno de los más conocidos apóstoles del Rosario que el Señor ha donado a su Iglesia en las últimas décadas. Junto a él y junto a padre Pierino vivo mi condición de hijo María de una forma nueva, con sentimiento filial pero sin sentimentalismos vanos. La Virgen es la Madre que me acompaña y protege y a Ella consagro cada uno de mis actos, oraciones y sufrimientos confiando en su mediación.
Este ha sido, a grandes rasgos, mi camino. Hoy, soy sacerdote miembro del instituto, soy un siervo del sufrimiento, soy un sacerdote feliz.
Me siento profundamente agradecido a Dios que en estos años ha ido llamando a otras personas a seguir el carisma de los Siervos. Poco a poco la familia Sds (como nos gusta llamarnos) ha ido creciendo.
Muchas personas se acercan a nosotros movidos por el interés de conocer a padre Pío. Intentamos acoger a todos con el mismo cariño que nosotros nos hemos sentido acogidos. Algunos perseveran en la vivencia del carisma y se comprometen haciendo promesa a Dios de obediencia, castidad y pobreza según la fórmula de consagración que padre Pío nos legó en vida a través de padre Pierino.
Actualmente somos 13 los miembros consagrados, cada uno según su estado de vida (religioso o laico).
Cultivamos de un modo especial la fraternidad, como no puede ser de otro modo entre los hijos de San Francisco. Nos sostenemos mutuamente con la oración, nos formamos y practicamos juntos las obras de misericordia según la Providencia va disponiendo.
Esta familia que padre Pío quiso para la Iglesia es aún pequeña en España pero confiamos que, por la gracia de Dios, sea como la levadura que, aún en muy poca cantidad, fermenta toda la masa.
Me despido con un saludo afectuoso para todos, estoy a vuestra disposición. Que Dios os bendiga y la Santísima Virgen y padre Pío os protejan siempre.
Que maravilloso testimonio. Bendito sea Dios por su amor y misericordia. El es sabio en cuanto hace y comonlo hace. Gracias por compartir su testimonio padre y por el programa radial En el umbral del paraiso. Fue gracias a el que empece a conocer de Padre Pio y su vida y de esa manera mi camino de conversion.
Gracias, mil gracias por su testimonio. Como laica quisiera saber que pasos debo seguir para poder ser Sds.
Quisiera contactarme con ustedes, muchas gracias!
Muchas gracias padre por su testimonio, por su entrega y generosidad al sacerdocio y al programa del Umbral del Paraíso que tanto bien nos hace a todos los que lo escuchamos. Y podemos profundizar en la vida del P.Pío
Que verdad es que iba a seguir haciendo mucho bien en el cielo, todo el que le conoce le toca su corazón
Me uno a todos para que el jueves día muy especial para los que somos devotos del P.Pio hagamos una cadena de oración de todas nuestras necesidades que sabemos que van a ser atendidas si es la Voluntad de Dios para darLe mayor Gloria y bien de nuestras almas
Podéis contactar en el wasap +34 655 432 481
Bendiciones
Quisiera confesarme con el padre Pierino, que debo hacer?
Podéis contactar con el instituto en el wasap + 34 655 432 481
Bendiciones